En un mundo hiperestimulado, donde todos dormimos poco, tenemos demasiadas tareas por hacer, nos faltan horas en nuestro día a día y por eso nos estresamos en exceso, donde las preocupaciones inundan nuestra vida, donde nos entregamos en cuerpo y alma a nuestros seres queridos olvidándonos a veces de nuestras necesidades y donde no encontramos apenas tiempo para relajarnos y para disfrutar de nosotros mismos, la moda del autocuidado llegó para quedarse. Y menos mal. Porque a golpe de repetición y de que se volviera una tendencia, todos fuimos familiarizándonos con el término primero para acabar adaptando esa práctica a nuestras vidas.