Granada, un paraíso terrenal de gastronomía, cultura e historia

Popular y mundialmente reconocida, por su musicalidad y su letra, se ha hecho la canción “Granada” escrita en 1932 por el mexicano Agustín Lara en honor de la histórica, hermosa e inigualable ciudad de Granada, capital del reino nazarí entre los siglos XIII y XV, y actualmente desde el año 1984 Patrimonio de la Humanidad, por el conjunto de palacios y jardines que conforman la Alhambra y el Generalife, así como su entorno. Y es que Granada cuenta con muchos rincones escondidos dignos de admirar, por no hablar de los templos dedicados al flamenco con los que cuenta la ciudad, en los que es habitual que el baile y el cante se fusionen con una buena gastronomía, tal y como sucede por ejemplo en Tabanco El Pasaje.

La historia de La Alhambra se remonta al año 1238 cuando Al-Ahmar, primer rey del Reino de Granada y fundador de la dinastía Nazarí se instala en la antigua alcazaba del Albaicín y decide iniciar la reconstrucción de las ruinas de la colina de La Alhambra para instalar en ella la sede de su corte. De este modo se decide y se inicia la construcción de un palacio, ciudadela, fortaleza y residencia de los sultanes, altos funcionarios, servidores de la corte y soldados de elite que ven acrecentar su poderío y esplendor durante la segunda mitad del siglo XIV con el sultanato de Yusuf y el segundo reinado de Muhammad V, hasta que en 1492 con la rendición de Granada a manos de los Reyes Católicos, La Alhambra se convierte en Casa Real, y no será hasta el año 1868 cuando se desligue de la Corona Española y pase a pertenecer al Estado Español, el cual la declarará “Monumento Nacional” en 1870.

Numerosos y singulares son los puntos de interés de esta excepcional obra, entre ellos podemos destacar:

  • El Patio de los Leones. El patio responde al tradicional sistema de vivienda hispano-musulmana, donde un patio central a cielo abierto sirve de eje a la vida familiar y desde el cual se distribuyen las habitaciones. Este patio adopta un esquema de crucero con una fuente central ricamente decorada, que a la vez mantenía un sofisticado sistema hidráulico.
  • El cuarto dorado. Denominado así por la bella techumbre de madera que lo cubre, repintada y decorada al igual que toda la estancia en época de los Reyes Católicos, como testimonian sus escudos, el yugo y las flechas y la ventana central con parteluz y capitel mudéjar.
  • Fachada de Comares. Frente a la galería del cuarto dorado se alza esta impresionante fachada construida en 1370, en la que destacan elementos decorativos geométricos, epigráficos y vegetales estilizados le dan una gran perfección proporcional. Delante de la fachada, sobre una escalinata, el sultan recibía en audiencia e impartía justicia a sus súbditos.
  • Sala de la Barca. Su nombre puede derivar de la forma de su bóveda semicilíndrica, semejante al casco de un barco invertido, lo que la convierte en un ejemplar extraño y único.
  • Mirador de Daraxa. Su decoración en yesería policromada, básicamente epigráfica, enmarca una ventana con doble arco y parteluz que al igual que las ventanas laterales, están situadas en puntos muy bajos para que sentados en el suelo se pueda divisar el paisaje. El umbral del arco de acceso posee los alicatados más bellos de toda La Alhambra, por su reducido tamaño y ejecución, sobre ellos, las tradicionales tacan se sustituyen por sendos arcos ciegos.
  • Torre de la Cautiva. Se trata de una torre palacio cuya estructura y distribución es la misma de las casas y palacios del recinto, siendo uno de los espacios más destacados de la decoración nazarí.
  • Torre de los Picos. Se trata de una torre de defensa de finales del siglo XIII. Su nombre se debe a unos elementos con forma de ménsulas que sobre en la cara exterior de la planta alta y que servían como balcones volados para controlar la vertical de la torre.
  • Patio de Comares o de los Arrayanes. Este patio toma su nombre de los grandes macizos de la planta que rodea la alberca.

El Generalife, un lugar de descanso para los reyes nazaríes

El Generalife era la residencia de verano de los sultanes de La Alhambra, construido entre los siglos XII y XIV

  • El palacio. Fue concebido como villa rural para el descanso. Sus jardines ornamentales, huertos, patios y edificaciones se integran en las cercanías de la Alhambra.
  • Escalera del agua. Para acceder a la zona más elevada del Generalife se encuentra la escalera del agua. Sobre los parapetos que bordean la escalera corren canales hechos con tejas invertidas, por los que baja el agua de la Acequia Real permanentemente.

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