Mi sueño: una escapada a Córdoba

Desde que era pequeña he viajado muchísimo por España. Mis padres eran amantes del camping y he recorrido buena parte de nuestra geografía con la tienda de campaña a cuestas: Cuenca, Madrid, Burgos, Valencia, Murcia, Albacete, Alicante, Salamanca… pero no sé qué les pasaba a mis progenitores que por alguna extraña manía jamás me llevaron a Andalucía.

Posteriormente, por mi cuenta, he podido visitar Granada, Almería, Cádiz, Jaén y Marbella (Málaga) pero  jamás he visitado Córdoba y es una espinita que tengo clavada.

Cuando fui a visitar Granada, mi idea era hacer un  triángulo e ir tres o cuatro días a Granada y seguir camino hasta Córdoba donde pasaría un par de días más antes de regresar a casa pero un contratiempo nos hizo tener que cambiar los planes y me quedé sin ver dos lugares emblemáticos que aún no he podido conocer: La Mezquita y El Palacio de Viana, y hasta que no consiga ir a verlos seguiré sintiendo que me falta algo cuando pienso en escaparme a algún lugar y nombran cualquier otra ciudad menos Córdoba.

La semana pasada, hablando con unos amigos, dijeron de irnos este verano cuatro o cinco días a Las Negras, lo cual está genial pero yo sigo con mi idea de ir a Córdoba. Es como si me hubiera traicionado a mí misma y lo siguiera haciendo cada vez que pienso en un viaje corto, sin salir de nuestras fronteras, y no voy a esa preciosa ciudad mozárabe.

Mis dos enclaves favoritos

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La Mezquita de Córdoba, convertida después en Catedral se empezó a construir en el año 785, que se dice pronto, pero su historia se remonta mucho más porque se construyó reutilizando los materiales de la basílica hispano-romana de San Vicente Mártir, un templo cristiano edificado a mediados del siglo VI y que, tras la llegada del Islam a la península en el 714 se repartió y dividió en dos. Una de esas divisiones fue para el culto islámico y la otra para el cristiano.

El edificio resultante, tras el año 785, fue objeto de ampliaciones durante el Emirato de Córdoba y el Califato hasta que en 1238, tras la Reconquista cristiana de la ciudad, se llevó a cabo su consagración como catedral de la diócesis con la ordenación episcopal de su primer obispo, Lipe de Fitero.

El Palacio de Viana es una casa señorial vinculada desde los siglos XV al XVX al señorío y posterior marquesado de Villaseca. El primer dueño, y por tanto creados y fundador del mayorazgo el 2 de junio de 1492, fue Gómez Suárez de Figueroa que murió sin descendencia y le sucede su sobrino Bernardino de Figueroa y Córdoba. Fue de los señores de Villaseca u posteriores marqueses hasta que pasó a ser patrimonio de los condes de Villanueva de Cárdenas. En 1871 los Saavedra se hicieron con el palacio, perteneciendo ahora a los marqueses de Viana hasta 1980, donde Cajasur se hace cargo del palacio y los patios.

Puede que este año tampoco lo consiga, ni al siguiente, pero sé que iré a Córdoba porque no es nada demasiado complicado de conseguir así que es algo que tendré guardado en la recámara hasta que el momento perfecto salte a la palestra.

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