Souvenirs para hoteles rurales.

Cuando hacemos una escapada y pasamos una temporada agradable, por muy corta que sea, nos gusta llevarnos un objeto que nos recuerde la experiencia vivida. Algo que cuando lo miremos nos evoque aquel fin de semana o aquellas vacaciones tan especiales. No basta con las fotos que hemos guardado en el móvil, queremos un objeto tangible, para disfrutarlo nosotros y compartirlo con la gente cercana.

Igual que hay gente que a la primera ocasión que tiene viaja a la playa, y otros ahorran dinero para visitar destinos exóticos, cada vez son más populares las escapadas al entorno rural. Según la web de La Sexta se debe a cinco motivos. El primero de ellos es la paz y tranquilidad que se respira en estos lugares. Acostumbrados a vivir en la ciudad, buscamos destinos libres de ruido, con un ritmo de vida más tranquilo. Que nos permita disfrutar del aire libre y de la naturaleza. Algo que en nuestro hábitat cotidiano es poco más que un espejismo. El sosiego que se respira en esos lugares nos ayuda a descansar física y mentalmente, a desconectar de la vida diaria, de una manera que no conseguimos ni quedándonos los días festivos en nuestra propia casa. Estos destinos, además, nos dan la oportunidad de practicar actividades que en la ciudad no podemos llevar a cabo, como el senderismo, la pesca o pasear a campo abierto con nuestras mascotas.

Otra de las cosas que nos llaman la atención de los destinos rurales es la cercanía de las gentes del lugar. Acostumbrados a la ciudad, donde a apenas cruzamos un par de frases con nuestros vecinos cuando coincidimos con ellos en el ascensor, nos sorprende ver en los pueblos personas amables y atentas. Dispuestas a mantener una pequeña conversación con el forastero que no conocen de nada. Ese trato diferente se aprecia hasta en el servicio que recibimos en el lugar donde nos hospedamos o en el restaurante en el que comemos.

Los pueblos de España están plagados de historias. Algunas por descubrir y por conocer. Historias subyugantes que despiertan la curiosidad del visitante. Es sorprendente saber que un pequeño pueblo perdido en Castilla, que en la actualidad lucha contra la despoblación, tuvo un peso decisivo durante la edad media. Que un pequeño municipio de Aragón conserva su centro histórico con las mismas fachadas que en el siglo XVII, lógicamente restauradas. Que la cumbre de un monte en la sierra de Jaén ocupó un papel destacado en la guerra de la independencia.

En el ámbito rural conectamos con la naturaleza. Estamos cerca de las montañas, de los prados, de las dehesas, de los cauces naturales, de ríos y arroyos. Nos perdemos entre ellos y nos dejamos sorprender por las maravillas de la naturaleza. Disfrutamos de hermosos paisajes, sentimos que nuestro cuerpo y nuestros sentidos conectan con ellos. Hasta nuestra salud nos lo agradece. Es como un bálsamo ante tanta polución que hemos soportado.

La Sexta habla de la conexión con la historia. Las ciudades se han ido nutriendo de diferentes oleadas inmigratorias del campo a la ciudad, la mayor parte de ellas acontecidas en los últimos 200 años. Regresar a los pueblos, en cierto modo, es reencontrarnos con nuestros orígenes. Si se conoce una ciudad andando por todos sus rincones, un país se conoce visitando sus pueblos y sus entornos naturales.

Vivida esta experiencia, normal, que queramos llevarnos un souvenir que nos la recuerde. Como nos comentan en Photo Original Grifts, fabricantes de artículos de regalo, estos productos deben ser originales e individualizados. Exclusivos del lugar que hemos visitado. Los turistas optan en la actualidad por aquellos que tengan una función práctica: un imán para la nevera, una taza para el desayuno, una bolsa de tela, etc.

Hoteles y casas rurales.

Según la Junta de Extremadura, los alojamientos rurales son aquellos establecimientos que presentan especiales características de construcción, emplazamiento, tipicidad, y están ubicados en municipios de menos de 20.000 habitantes o en construcciones diseminadas fuera de los núcleos urbanos, dedicándose a proporcionar alojamiento mediante contraprestación económica a las personas que lo demandan, con o sin prestación de otros servicios.

Para la Generalitat catalana, las casas rurales son establecimientos que prestan servicio de alojamiento temporal en viviendas rurales, en régimen de habitaciones o de cesión de la vivienda entera, según las modalidades y los requisitos definidos por reglamento.

Los hoteles rurales deben tener un valor arquitectónico tradicional, histórico o cultural. Pueden ser edificios antiguos, rehabilitados o de nueva creación, cumpliendo alguno de estos criterios. Prestan servicio de hospedería de forma permanente, ofrecen la opción de manutención al cliente y cuentan con un servicio de limpieza diario y de habitaciones.

Las casa rurales, por otro lado, son viviendas independientes y autónomas. En las que se alquilan las habitaciones por separado o la vivienda entera, no están obligadas a ofrecer manutención, ni siquiera a disponer de una recepción. Se puede realizar la entrega de llaves en una oficina aparte o en un lugar concertado. El propietario o gestor no está obligado a prestar ningún servicio a los inquilinos durante su alojamiento. El alquiler puede realizarse solo durante una temporada o por unos meses al año.

Para la comunidad de Madrid, como nos indican en Consumoteca, una revista de información a los consumidores, todo establecimiento debe tener una placa en la entrada que informe de su categoría: casa rural, hotel rural o apartamento de turismo rural. El tiempo de alojamiento no podrá ser superior a un mes de forma continuada por cliente, su mobiliario debe estar completamente operativo y las características arquitectónicas del lugar deberán estar acorde con la arquitectura tradicional de la zona.

El souvenir del hotel rural.

Es frecuente que en estos establecimientos, bien sea en el mostrador de recepción, en el restaurante o en una tienda anexa propiedad del hotel, ofrezcan artículos de recuerdo al cliente. Si el establecimiento no los vende, es recomendable que lo haga. El turista quiere llevarse un recuerdo de su estancia.

Al hotel le puede surgir una pregunta: ¿Qué es mejor que venda? ¿Souvenirs que hagan alusión a la zona o souvenirs del hotel? Por ejemplo, un hotel rural situado en el camino de Santiago tiene la opción de vender artículos relativos a esta ruta o referentes al establecimiento. Es interesante que el hotel rural saque sus propios souvenirs.

El turista tiene la oportunidad de comprar productos de recuerdo en tiendas especializadas ubicadas en el municipio o dispersas por la zona turística. Por las características arquitectónicas que tienen estos hoteles y por la experiencia que ha vivido el cliente, es interesante que se lleve un objeto que le recuerde al lugar donde se ha alojado. Un recuerdo exclusivo que solo encontrará en ese sitio. Los fabricantes de estos artículos dan opciones a poder personalizarlos. Pueden fabricar un imán de nevera con una foto o un logo del hotel, o serigrafiar una bolsa de tela con el nombre del establecimiento.

En aquellos hoteles, situados en un entorno natural, lejos de cualquier municipio y en donde el turista no se ha movido de las instalaciones durante su estancia, o se ha dedicado a participar en otras actividades que ofrecía el establecimiento, se pueden vender souvenirs de la zona, ejemplo sobre la sierra de Cazorla, y productos típicos de la comarca, miel envasada de productores locales, pero es interesante ofrecer artículos propios.

Además de los clásicos souvenirs: imanes, postales, gorras, camisetas, etc., a la gente le gusta llevarse productos típicos de la zona que ha visitado. Por ejemplo: navajas de Albacete, cerámica de Talavera de la Reina, mazapanes de Toledo. Estos productos se pueden personalizar con el nombre o algún elemento identificativo del hotel.

A la gente le gusta adquirir productos que van a utilizar: un sacacorchos, un cenicero, una billetera. Se acabó la época de nuestras madres o abuelas en la que los souvenirs eran figuritas de adorno que colocaban en un mueble del comedor. Los artículos de recuerdo están integrados en nuestra vida cotidiana. Uno de los productos más vendidos son las camisetas y sudaderas. Algo que el cliente utilizará con cierta frecuencia y le traerá recuerdos de sus vacaciones. A lo mejor no se la pone para salir un sábado de fiesta, pero sí para estar cómodo en casa o salir a correr. Las empresas dedicadas a imprimir camisetas por encargo pueden fabricar este artículo sin ningún problema.

Para un hotel, la venta de souvenirs no es una entrada importante de dinero, pero sí es una entrada extra. Y sobre todo, es un medio de publicidad que se amortiza con la venta. Una vez adquirido por el cliente, otras personas conocerán la existencia del establecimiento, incluso el  propio cliente lo tendrá más presente para una posible vuelta.

El turismo local está de moda. Cada vez se recurre más a él, no solo en vacaciones, sino para escapadas ocasionales durante cualquier época del año. El entorno rural tiene la característica de que se puede disfrutar de él en cualquier estación, y llevarse una impresión distinta en cada visita. A la gente le gusta llevarse recuerdos de los sitios que ha visitado, incluido el hotel en el que se alojó.

 

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