Si tu hijo no presta atención en clase te interesa leer esto

Muchos padres descubren al llevar a sus hijos a la escuela que su rendimiento es menor que el del resto de niños o notan que sus hijos no muestran interés en aprender ni mantienen una actitud positiva, lo que puede llevarlos a desarrollar problemas de autoestima y otros traumas. Existen muchas causas por las cuales tu hijo no está disfrutando el proceso de aprendizaje durante su infancia. En este artículo vamos a tratarlas para poder ayudarte a entender por qué les pasa esto y qué síntomas presenta este problema.

Problemas de atención.

Una de las causas más grandes por las que tu hijo no puede llevar el mismo ritmo que sus compañeros en el colegio es por problemas de atención. No se concentra en nada porque su atención está en otras cosas y no presenta el más mínimo interés hacia lo que está estudiando. ¿Por qué ocurre esto?

Hay problemas de trastorno de atención como lo son el TDAH que presentan síntomas claros que afectan a nuestros hijos de la siguiente manera:

-Fácil distracción. Para ellos la frase “te distraes con una mosca” es completamente verídica, puesto que cualquier ruido o asunto que pase a su alrededor pasan a ser su foco de atención con una facilidad pasmosa.

-Son muy despistados. Al no poder enfocarse en una sola cosa, se despistan con facilidad ante lo que están haciendo.

-Olvidadizos. Necesitan muchos recordatorios para todo lo que quieren hacer, por lo que es difícil que lleven a cabo las tareas solos.

-Hiperactividad. Se aburren rápidamente de lo que inician, interrumpen conversaciones ajenas, hablan muy rápido, no pueden estarse quietos.

Sufrir este trastorno es algo muy difícil para los niños y sus padres, puesto que les cuesta horrores ser aceptados ante el resto de personas en la escuela y les hace ir más lento que los demás, lo que crea que los niños que lo sufren piensen que son inútiles o incapaces respecto a los otros. Ante estos síntomas los especialistas de Consalud defienden que es necesario llevar a nuestros hijos a que les hagan una evaluación psicológica para poder entender por lo que están pasando, antes de arrastrar este problema su adultez.

A pesar de que existen problemas como el TDAH que pueden ser muy claros, hay otras causas “más simples” por las que nuestro hijo no está prestando la atención que debe ante sus estudios.

La constante distracción con aparatos electrónicos, una mala educación o una falta de motivación también puede llevar a que nuestros hijos estén distraídos a la hora de estudiar.

La motivación es clave.

Es muy importante conocer a nuestros hijos y mantenerlos motivados con lo que les gusta y lo que les interesa estudiar de corazón. Si vemos que nuestro hijo muestra una clara predilección hacia el dibujo, pero por lo contrario saca muy malas notas en matemáticas, no debemos castigarles haciendo que estudien 3 horas diarias de matemáticas mientras quieren dibujar.

En estos casos siempre es mejor alabar y enfocarnos en lo que realmente disfruta hacer, apoyar esa habilidad hasta que se convierta en algo grande y tratar el problema con amor.

Si tu hijo nota que le apoyas en lo que le gusta, estará más motivado a la hora de estudiar lo que no le gusta, además, en la mayoría de los casos está demostrado que los niños sacan malas notas u odian ciertas asignaturas porque no tienen un buen profesor. Hay que tener en cuenta que cada niño necesita un modo de aprendizaje porque no todos son iguales, y a alguien que claramente le cuestan las matemáticas no puedes darle la misma atención. Encontrar a alguien que le de alguna hora de apoyo a la semana a tu hijo en esa asignatura de manera inspiradora o hablar con su profesor puede salvar a tu hijo de odiar las matemáticas.

Para terminar, tenemos que entender que no debemos de estar castigando a nuestros hijos constantemente porque saquen malas notas. Habla con ellos, interésate por lo que están pasando, y sobre todo, hazle entender que unas malas notas no te definen como persona, una persona no se define por un 5 o un 4. Cometer errores solo es una oportunidad de hacerlo mejor la próxima vez y siempre hay tiempo para ello. Esto le ayudará a sentirse motivado en lugar de asustado y frustrado si no logra aprobar un examen.

Aprendizaje lento.

Como ves existen diversas causas por las que a algunos niños les cuesta más aprender que al resto, y lo más importante ante todas es mostrarse comprensivo e interesado para que nuestros hijos vean que tiene solución y no se martiricen.

Entre todas ellas podemos encontrar otros trastornos de aprendizaje lento, los cuales pueden presentar dificultades para leer, entender o procesar la información. Para tratar estos trastornos, los expertos recomiendan solicitar la ayuda de un psicopedagogo.

¿Qué es un psicopedagogo?

Un psicopedagogo es un profesional que estudia y evalúa a las personas de manera individual, diagnosticando y ayudando a aquellos que tienen mayor dificultad a la hora de aprender. Entre las funciones que realiza están las de conocer como es la relación con las personas de su entorno, en casa y en el colegio, para entender su comportamiento y resolver los conflictos que se puedan estar ocasionando.

La experta en el sector Cristina Hormigos hace hincapié en tratar a cada niño de manera individual ya que cada uno tiene una forma de aprender, lo cual es algo que muchas personas no entienden cuando ven a sus hijos ir por detrás de los demás en la escuela. Cuando comprendemos esto, todo se hace más fácil y claro para nuestros hijos.

Si nos atormenta la idea de ver a nuestros hijos sufriendo por esto, la mejor opción es llevarlos a un psicopedagogo y observar cómo avanza la situación. En las terapias, los profesionales descartaran problemas que pueda estar teniendo el niño como el TDAH o la dislexia si así fuera, y se centrará en crear un sistema personalizado y único de aprendizaje para nuestros hijos. Siempre es buena idea que consultes ante un especialista si crees que tu hijo tiene problemas o si no sabes la manera de llevarlos.

Sin duda para finalizar este artículo queremos puntualizar que todo problema siempre tiene una solución, y la mayor de todas es el amor de un padre hacia sus hijos. Esto es algo que nunca olvidarán y siempre valorarán por encima de todo. Educar a nuestros hijos nunca es tarea fácil, pero ante todo debemos recordar que no estamos solos en el proceso, ya que existen multitud de profesionales que nos pueden hacer el camino más llano para nosotros y para nuestros hijos.

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