En Asturias he encontrado mi paraíso natural. El eslogan sé que no es nada original, ya que es la frase que durante muchos años ha servido de promoción para la comunidad autónoma. Pero es cierto que creo que resume a la perfección lo que es Asturias. Un paraíso natural. Curiosamente yo no lo sabía, no fue hasta hace cinco años cuando tuve mi primera toma de contacto con el lugar, y la verdad, es que enamora.
Mi llegada a Asturias fue en un momento fundamental de mi vida. Estaba en un proceso de fecundación in vitro. Estaba nerviosa porque eran muchos años de espera y por fin había cuajado. Muchos meses de espera, de noches sin dormir y por fin logré tener un bebé en mi interior. La tensión del trabajo y la ansiedad por ser madre provocaron un mal estar en mi cuerpo. Me sentía mal, físicamente agotada y sin ganar de hacer nada.
Afortunadamente en la clínica donde me trataron, Ividona, me recomendaron el relax. “Lo mejor que puedes hacer es irte lejos del mundo, donde te sientas única junto a tu pareja. Y donde puedas hacerte a la idea de que tu vida cambiará”. Estas fueron las amables palabras que me dedicó la doctora que llevaba mi proceso de fecundación. La verdad es que me sentí bien. Y la solución fue la necesaria. Dicho y hecho. Mi marido y yo pusimos rumbo a Asturias, en concreto a Llanes.
Llanes
La villa de Llanes está situada al borde del mar Cantábrico, cerca de los Picos de Europa, con numerosas playas y una buena conservación de su patrimonio monumental lo que propicia que el turismo sea una de las mayores áreas de actividad. Su puerto mantiene alguna actividad pesquera. La costa está formada por acantilados y playas. La marea es amplia con desniveles entre la bajamar y la pleamar que oscilan entre 4 metros en mareas vivas y 1,5 metros de mareas muertas; luna nueva y luna llena respectivamente. La temperatura del agua oscila entre los invernales 11 °C y los estivales 19 °C. ¿Qué te parece?
Qué ver en Llanes
Sin duda, hay que ver el palacio del conde de la Vega del Sella, del siglo XVIII. Es una cuidada residencia barroca, hoy alberga un museo privado sobre las excavaciones realizadas por don Ricardo Duque de Estrada. Se organiza en torno a un patio central. Es Monumento Histórico Artístico.
El torrexón de los Posada, ejemplo de la arquitectura civil tardomedieval. Edificio de planta rectangular y dos pisos. Construido en aparejo de mampostería, salvo en las esquinas y ventanas que está reforzado con sillares.
Una de las imágenes más representativas del municipio son sus cubos. Solo son un conjunto de bloques de hormigón rectangulares cuya función es la de proteger el puerto de Llanes, pero son muy vistosos. Cada uno es una pequeña obra de arte creada por el pintor vasco Agustín Ibarrola. Predominan los colores chillones y alegres. Cuando las olas son fuertes, es una gozada ver como se estampan contra los cubos. Una imagen digna de ver junto a la persona que más quiere.
Aunque cuando quiero relájame me voy al puerto. Desde los Cubos de la Memoria sólo debemos continuar caminando para adentrarnos en un estrecho entrante de mar. Allí los barcos reposan plácidamente y nos dejan algunas de las mejores instantáneas de la villa justo antes de llegar hasta al pequeño faro de Llanes. Recuerdo que mi marido y yo nos sentamos en un banco y comenzamos a pensar en el futuro junto a nuestro hijo. Y la verdad es que coincidimos en todo.
Si eres aficionado al mundo del cine, no te puedes perder la ruta de películas que hay. Son muchos lugares que han servido de rodaje a diferentes directores. Una de ellas, la Villa Parres, ha ganado gran popularidad al convertirse en el escenario de El Orfanato. Una de mis ‘pelis’ favoritas, aunque ya os recomiendo que es un poco triste.
Como has podido comprobar en Asturias tenemos un paraíso natural. Además de Llanes puedes ir a Gijón, Oviedo, Candás, Cudillero, etc. Si tienes la ocasión de realizar una escapada, no dudes en ir a Asturias. Otro día hablaremos de lo bien que se come en este lugar, pero eso merece un par de artículos.