Una escapada a Roma

Roma es una de las ciudades más bellas de Europa. Me puse a preparar el viaje a la Ciudad Eterna, uno de los destinos más famosos y visitados de Italia y Europa que estaba seguro de que me iba a enamorar nada más llegar. Conocida por muchos por ser una de las ciudades con más historia del mundo, Roma es un destino que no defrauda, en el que podrás sorprenderte a cada paso, descubriendo monumentos y edificios rebosantes de historia, que se rodean de antiguas iglesias, barrios con encanto y una excelente gastronomía, que te harán aún más, sentir que Roma ha sido un gran acierto. Y así fue en mi caso. Estaba muy ilusionado y así me puse a prepararlo.

Mi mayor dilema era poder saber si podría llevar a mi Ron. No, no me refiero a una botella, me refiero a mi mascota. Ella ha formado parte de mi vida en los últimos diez años y es un miembro más de familia. Sin duda, lo que más odio de tener que irme de vacaciones es tener que dejar solo a mi perro. Afortunadamente, las cosas han cambiado. Y ahora hay empresas que permiten los envíos al extranjero de mascotas. “El transporte de animales domésticos suele crear gran confusión, principalmente porque el transporte se tiene que hacer de forma necesaria, forzado por las necesidades de la vida, porque se tiene que cumplir una normativa específica y porque se requiere una documentación concreta por parte de las aduanas, los veterinarios y las compañías aéreas”, explican desde Star Cargo, una empresa de transporte especializada en estas funciones.

Comer y ver en Roma

Una vez que logré resolver este problema, mi única preocupación fue pasármelo bien en Roma. Y claro que lo logré.  Te voy a contar cómo fue mi escapada a la capital italiana. Aunque podríamos decir que cualquier momento es bueno para un viaje a Roma, hay que reconocer que para verlo en plenitud lo mejor es hacerlo durante los meses de primavera y otoño. Ya que son algo más agradables, tanto por temperaturas como por evitar de esta forma las aglomeraciones que suele haber en verano. Ahora bien, si todos pensamos de esta manera, es posible que en mayo te encuentres una ciudad repleta de turistas. Vamos a conocer un poco más cómo es Roma y su día a día.

Es muy importante la comida. Si te gusta estrujar el tiempo al máximo, no lo pierdas al mediodía con una comida formal en un restaurante. Busca uno de esos locales donde se sirve pizza al taglio (pizza al corte, que se cobra por peso), y en 15 minutos estarás listo para seguir explorando la ciudad. Te puede sonar a extraño, pero te juro que la pizza que comes en Roma no tiene nada que ver con la que has comido en España. Olvídate de lo que has comido hasta ahora, porque Italia es la cuna de las pizzas y eso se nota al momento. Ya me contarás.

Atención a los horarios

Lo que sí te recomiendo es que te habitúes a los horarios de Roma. En Roma todo empieza a funcionar 30-60 minutos antes que en una ciudad española, y también se come un poco antes. A media tarde, muchos monumentos están ya cerrados, y anochece una hora antes que en Madrid. De modo que madrugar es siempre buena estrategia. Procura salir del hotel no más tarde de las 8.30. Si quieres ir a visitar museos o iglesias ten esto en cuenta porque puede ser que cuando llegues a los lugares esté todo cerrado. Ten en cuenta que los museos están cerrados los lunes, en eso es igual que en España, y que las iglesias en domingo realizan un montón de cultos.

Es bueno que sepas de antemano lo que vas a hacer cada día de tu estancia en Roma. Luego, sobre este plan general, podrás introducir variaciones sobre la marcha. Todo el tiempo que dediques a la planificación antes de salir, te ayudará a sacarle más partido al viaje. Y mucho ojo con los carteristas cuando viajes en metro y en el tren. Lamentablemente Roma no es una ciudad que destaque por su seguridad. En este caso hay que tomar unas cuantas previsiones antes de salir a la calle. Hay muchos estafadores tratando de tomar ventaja de los turistas, especialmente en las grandes ciudades y alrededor de los principales puntos de referencia en Roma. Tenga cuidado con los trucos de «anillo de oro», peticiones falsas, grupos de adolescentes actuando extrañamente o tratando de distraerle; y la gente que ofrece ayudarle con su equipaje.

Mi consejo es que vayas alternando monumentos de un tipo y de otro: ruinas antiguas, iglesias medievales, renacentistas o barrocas, con museos y con las animadas plazas de la ciudad. En Roma tienes suficiente variedad para evitar la monotonía. Está claro que no vas a tener tiempo para aburrirte. Y no te agobies porque no hayas visto todo, y es que a Roma le llaman la ciudad inagotable. Así que ya puedes saber la razón. Lo bueno es que puedes ir otra vez a Roma, y completar de ver todo. En un viaje no es suficiente.

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