Cosas sobre la fisioterapia que deberías saber.

Fisioterapia

No te asustes. No te traigo malas noticias. Queremos con este artículo dar respuesta a algunas de las preguntas más frecuentes que le surgen a un paciente cuando tiene que someterse a un tratamiento de fisioterapia.

La fisioterapia es un conjunto de métodos y actuaciones que buscan recuperar articulaciones, huesos y grupos musculares dañados y devolverles su operatividad habitual. Para ello, el sanitario actúa directamente sobre la zona afectada, utilizando medios físicos y no químicos o farmacológicos.

Pensamos que un fisioterapeuta actúa cuando nos estamos recuperando de un esguince o cuando los deportistas o atletas padecen un desgarro. Eso es cierto, pero su labor es más completa. Por ejemplo, son necesarios para conservar la movilidad de personas mayores o para prevenir lesiones en actividades que suponen un gran ejercicio físico.

Conozcamos algunas cosas más sobre la fisioterapia.

Cuándo es necesario un tratamiento de fisioterapia.

Normalmente, la necesidad de un tratamiento de fisioterapia lo suele recetar un médico especialista, como por ejemplo un traumatólogo, cuando lo considera oportuno para la óptima recuperación del paciente.

Es frecuente que el especialista valore necesaria la intervención del fisioterapeuta cuando se ha producido una lesión muscular, como un esguince o una tendinitis, para recuperar el tono muscular en la zona afectada.

También es habitual en los procesos de recuperación postoperatoria después de haber efectuado una operación como la colocación de una prótesis de cadera o la reparación de un ligamento cruzado, con el objetivo de fortalecer los músculos.

La fisioterapia también es beneficiosa para los pacientes que sufren dolor crónico. Como los afectados por fibromialgia, lumbalgia crónica o dolor persistente en el cuello o la espalda. La actuación del fisioterapeuta ayuda a mitigar el dolor y mejora la calidad de vida del enfermo.

En afecciones neurológicas como puede ser un accidente cerebro-vascular, padecer esclerosis múltiple o en la enfermedad de Parkinson, la intervención del fisioterapeuta es útil para que el enfermo mejore su función motora y su coordinación.

Los fisioterapeutas también ayudan a las madres a recuperarse de las disfunciones sufridas en el suelo pélvico después de dar a luz. Como puede ser la incontinencia urinaria o el dolor pélvico persistente.

Por último, en pacientes con enfermedades respiratorias crónicas como la fibrosis quística, o el E.P.O.C. (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica), los ejercicios realizados en la terapia ayudan a ampliar la capacidad pulmonar (seriamente dañada) y a facilitar la eliminación de secreciones.

¿Qué se hace en la primera sesión con el fisioterapeuta?

En la primera sesión, el fisioterapeuta evalúa el estado físico del paciente. Para la primera visita es recomendable acudir con los informes médicos que tenemos en nuestro poder. Esto orientará al profesional sobre cómo debe enfocar el tratamiento.

Es probable que el sanitario realice una inspección ocular sobre la zona dañada e incluso que efectúe algún ejercicio con el objeto de valorar el alcance de la lesión.

Como sucede con otras disciplinas sanitarias, la primera visita supone una primera toma de contacto. El fisioterapeuta no va a emitir un diagnóstico, puesto que no es un médico, pero si debe considerar la situación del paciente para diseñar un plan adecuado.

Justamente en esa primera visita, el técnico programa el plan de la terapia. Se fijan los objetivos, las etapas y los ejercicios con los que va a empezar a trabajar. Los fisioterapeutas de la Clínica Rafael Guerra, una clínica de fisioterapia ubicada en Getafe (Madrid), formada por fisioterapeutas diplomados con una larga experiencia, nos cuentan que es importante adoptar un enfoque integral y multidisciplinar.

El paciente no se va a recuperar solo por los ejercicios que realice en la sesión de fisioterapia. Con frecuencia es necesario que practique otros más sencillos en su casa para consolidar los avances dados. En ocasiones, en la recuperación también se pueden introducir variaciones en la dieta o adquirir ciertos hábitos como salir a dar un paseo pequeño todos los días a la calle. Estas indicaciones las proporcionará el fisioterapeuta cuando lo considere oportuno.

Aunque el fisioterapeuta sea un profesional independiente, debe estar coordinado con el médico que lleva al enfermo. Entre ambos forman un equipo cuyo objetivo es la curación del paciente.

El fisioterapeuta es un técnico sanitario.

El fisioterapeuta es un diplomado universitario, con una formación al mismo nivel que la que tiene una enfermera. La Universidad de Barcelona señala que para poder ejercer como fisioterapeuta es necesario haber cursado un grado universitario de Fisioterapia, Terapia Física o algún estudio similar. Como sucede con enfermería, en la carrera se incluyen prácticas en centros sanitarios para completar la formación del estudiante.

Un técnico en fisioterapia debe tener conocimientos profundos de anatomía y dominar las diferentes técnicas de rehabilitación. Un pequeño error en su trabajo puede producir daños graves al paciente.

La Universidad de Barcelona señala además que se trata de una profesión que requiere una actualización permanente. El fisioterapeuta tiene que acudir periódicamente a cursillos de perfeccionamiento para poder conocer y dominar las nuevas técnicas y adelantos que se dan en el sector.

Es importante señalar este aspecto, puesto que aún hay personas que ven al fisioterapeuta como una especie de masajista que ha recibido algunos cursillos breves para realizar determinados ejercicios. No, ese no es el caso. Un fisioterapeuta es un profesional sanitario en toda regla.

Algunas cuestiones sobre las sesiones.

Los pacientes que acuden por primera vez al fisioterapeuta se suelen hacer una serie de preguntas tales como: ¿Cuánto dura una sesión? ¿Cuánto dura el tratamiento? O si la fisioterapia es dolorosa.

No podemos responder categóricamente a estas preguntas, todo depende de la dolencia concreta y del estado físico del enfermo. Podemos decir, que una sesión de fisioterapia normal suele durar entre 30 y 60 minutos. Las más largas pueden llegar durar hasta hora y media. Si el fisioterapeuta valora que el tratamiento está avanzando a buen ritmo, puede fijar sesiones de seguimiento que suelen durar entre 30 y 45 minutos. Todo esto está determinado por los ejercicios que se estén aplicando y por la gravedad de la dolencia.

Respecto a la duración de una terapia, esta se suele fijar de común acuerdo entre el fisioterapeuta y el médico que atiende al paciente. Existen factores como el tipo de lesión, el nivel de gravedad y los objetivos del paciente, que determinan en gran medida la duración del tratamiento.

Una terapia para una lesión menor como un esguince suele durar entre 4 y 6 semanas. Con una o dos sesiones semanales. Para lesiones críticas como la artritis, el tratamiento suele extenderse a las 8 o 12 semanas. En el caso de la recuperación de una intervención quirúrgica como la reparación de un ligamento cruzado, la terapia puede durar hasta 6 meses. Lógicamente, estos plazos son referenciales, para hacernos una idea. No los podemos tomar como una directriz. El médico y el fisioterapeuta, en todo momento, van realizando un seguimiento de la evolución del paciente y un ajuste del tratamiento.

En lo que se refiere al dolor en las sesiones de fisioterapia podemos decir que es algo normal. El técnico está manipulando con sus manos la zona dañada para favorecer su recuperación. En cuanto al dolor, debemos distinguir entre el disconfort esperado y el dolor agudo.

El disconfort esperado es un dolor leve o una molestia que siente el paciente cuando se realiza determinado ejercicio. El fisioterapeuta es consciente de que se puede producir y lo tiene previsto.

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