Ideas para ganarte un dinerillo extra al mes

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Hay momentos en los que te vendría bien un ingreso extra. Ya sea para darte un capricho, para ahorrar o simplemente para respirar un poco más tranquila a final de mes. Lo bueno es que hoy en día hay muchas formas de conseguirlo, y no hace falta tener una empresa ni hacer una gran inversión para empezar.

Te contaré varias ideas que puedes adaptar a tu situación. Algunas requieren un poco más de tiempo, otras menos, pero todas tienen algo en común: son reales, posibles y muchas personas ya las están usando para mejorar su economía.

 

Vender lo que ya no usas

Es el clásico, pero funciona. Seguro que tienes ropa, libros, pequeños electrodomésticos o cosas de casa que ya no usas y que están en buen estado. La clave está en no hacerlo con prisas. Tómate tu tiempo para hacer fotos claras, escribir descripciones detalladas y elegir bien dónde vender.

Plataformas como Wallapop, Vinted o Milanuncios te permiten llegar a muchas personas. Y si te organizas, puedes convertirlo en una actividad regular. Hay gente que incluso recorre mercadillos o compra cosas baratas en internet para revenderlas con un margen.

Si te animas, intenta especializarte en algo concreto (ropa infantil, libros de texto, utensilios de cocina). Así aprenderás más rápido cómo se mueve ese mercado y ganarás tiempo y dinero.

 

Dar clases o cursos sobre algo que se te da bien

Tienes habilidades que a otras personas les encantaría aprender. Puede ser inglés, fotografía, costura, Excel, maquillaje, cocina vegana o técnicas de estudio. Lo importante es que te guste hacerlo y tengas la capacidad de explicarlo de forma clara.

Puedes dar clases particulares en casa, a domicilio o por videollamada. Pero si te animas a organizar cursos más grandes, piensa en alquilar una sala. Hay centros especializados en ofrecer espacios por horas o por días, ya equipados, con buen acceso y a precios razonables. Por ejemplo, en Sevilla, mi ciudad, hay uno llamado CN Centros de Negocios. Son perfectos si no quieres mezclar tu casa con tu trabajo o si buscas un ambiente más profesional.

Alquilar una sala también te permite dar una mejor imagen, sobre todo si el curso es de algo que puede convertirse en un negocio más adelante. Además, te facilita el tener todo preparado (proyector, pizarra, sillas, climatización, etc.) sin tener que comprar nada tú.

Si no te atreves sola al principio, otra opción es hacer el curso con una amiga. Repartís el trabajo, os apoyáis y os dais más visibilidad. Hay mucha gente deseando aprender, solo necesitas dar el paso.

 

Cuidar niños, mascotas o mayores por horas

Si eres una persona responsable, esta es una opción muy práctica y con mucha demanda. Muchas familias necesitan a alguien que recoja a sus hijos del colegio, les dé la merienda o los acompañe unas horas por la tarde. Otras buscan a alguien que cuide a su perro cuando están de viaje, o que haga compañía a una persona mayor durante unas horas.

Puedes empezar ofreciendo tus servicios a conocidos o poner anuncios en redes sociales, grupos de barrio o aplicaciones específicas como Yoopies o Gudog.

Este tipo de trabajos suelen pagarse por horas y permiten que tú elijas tu disponibilidad. Además, si cuidas bien la relación y haces tu trabajo con cariño, las recomendaciones llegarán solas y puede salirte algo más estable.

 

Hacer recados y tareas por encargo

Hay personas que no tienen tiempo o no pueden hacer ciertas cosas y están dispuestas a pagar porque alguien las haga por ellas. Ir a hacer la compra, acompañar a alguien al médico, montar un mueble, regar plantas en vacaciones, sacar al perro o ayudar a hacer una mudanza.

Puedes anunciarte como alguien “que ayuda con lo que haga falta” y ajustar los precios según el tipo de tarea. Este tipo de trabajo es perfecto si te gusta moverte, si tienes disponibilidad entre semana y si eres resolutiva.

También puedes ofrecerte como “asistente por horas” para personas mayores que viven solas o tienen dificultades. No es un trabajo sanitario, sino de compañía y ayuda práctica. Y es muy valorado cuando se hace con respeto y empatía.

 

Cocinar por encargo

Si la cocina se te da bien y disfrutas preparando comida casera, puedes sacarle rendimiento. Hay muchas personas que no tienen tiempo de cocinar entre semana o que buscan alternativas más sanas y caseras que el típico menú del bar.

Puedes preparar menús semanales, comidas especiales (como cumpleaños o cenas familiares), o vender productos concretos que se conserven bien (galletas, empanadas, mermeladas, hummus…).

Infórmate de los requisitos en tu zona, porque en algunos lugares necesitas una cocina adaptada o cumplir ciertas normas. Pero si cocinas para grupos pequeños y esporádicamente, muchas veces puedes empezar sin demasiadas complicaciones.

Un buen truco es ofrecer pruebas gratuitas a conocidos para que prueben tu comida, y luego pedirles que te recomienden. También puedes llevar muestras a un mercado local o colaborar con un bar o cafetería que quiera incluir algo casero en su carta.

 

Escribir, traducir o corregir textos

Si tienes buena ortografía, te gusta escribir o se te da bien un idioma, puedes ganar dinero con eso. Hay muchas personas que necesitan ayuda para redactar currículums, traducir una carta, corregir trabajos de clase o redactar textos para sus redes sociales o su web.

Puedes empezar con encargos pequeños y después especializarte en algo concreto (CVs, textos de marketing, contenido para Instagram, descripciones de productos, etc.).

No necesitas tener una carrera relacionada, solo demostrar que sabes hacerlo bien. Puedes crear un pequeño perfil con ejemplos y ofrecer tus servicios en plataformas como Fiverr, Malt o incluso en grupos de Facebook donde se buscan este tipo de trabajos.

Es una forma muy flexible de ganar dinero, perfecta si tienes facilidad con las palabras y te organizas bien.

 

Vender cosas hechas por ti

Manualidades, jabones artesanales, camisetas estampadas, decoración en madera, crochet, bisutería, agendas personalizadas… Si te gusta hacer cosas con las manos, hay mercado para ello.

No hace falta tener una tienda online desde el primer día. Puedes empezar vendiendo por Instagram, en mercadillos, o a través de plataformas como Etsy o Wallapop. Lo importante es que el producto sea bonito, útil y tenga una presentación cuidada.

También puedes ofrecer cosas por encargo, como regalos personalizados. Eso te permite trabajar sobre pedido, sin acumular stock, y adaptarte mejor a lo que buscan tus clientes.

Si tienes una idea clara, pero no sabes por dónde empezar, prueba a hacer diez unidades, tomar fotos y pedir opinión sincera a tus contactos. Así verás si gusta, qué puedes mejorar y si vale la pena seguir.

 

¿Y si no tienes claro por dónde empezar?

Está bien si no lo tienes claro aún. Lo importante es empezar a moverte, probar algo y ver cómo te sientes. No tienes que lanzarte a lo grande ni dejar tu trabajo. Puedes dedicarle unas horas a la semana y ver cómo evoluciona.

Lo bueno es que muchas de estas ideas no requieren inversión o solo una inversión mínima. Puedes usar tu casa, tus conocimientos, tu tiempo y tu creatividad para sacarles partido. Y si algo no funciona, pasas a otra cosa sin haber perdido demasiado.

También es buena idea hablar con otras personas que estén haciendo cosas parecidas. Compartir experiencias, consejos, errores y logros ayuda mucho, sobre todo al principio.

 

Organiza tu tiempo y tus cuentas

Una de las cosas más importantes cuando buscas ganar dinero extra es organizarte. A veces se empieza con muchas ganas y se abandona rápido por falta de tiempo o de orden.

Reserva un rato a la semana para revisar cómo van las cosas, cuánto estás ganando, en qué estás invirtiendo tiempo o dinero, y qué podrías mejorar. Usa una libreta, una hoja de Excel o lo que te sea más cómodo.

También es importante saber si necesitas darte de alta como autónoma, emitir facturas o declarar lo que estás ganando. No te asustes: hay formas de hacerlo legalmente sin que suponga un lío enorme. Y si empiezas a generar ingresos más estables, siempre puedes consultar con una persona experta que te oriente.

 

Crear algo tuyo, poco a poco

Ganar un dinerillo extra puede ser solo eso, una ayuda puntual. Pero también puede convertirse en algo más. A veces, lo que empieza como un curso que das en una sala alquilada o unas galletas que vendes entre amigas, termina siendo un pequeño negocio con su propia clientela.

Lo importante es ir paso a paso, sin agobios. Lo que hoy parece pequeño, mañana puede darte más libertad, más ingresos o más satisfacción personal. Y lo mejor es que, en la mayoría de los casos, no necesitas grandes recursos para empezar. Solo ganas, constancia y un poco de imaginación.

 

Algo bueno puede salir de intentarlo

Buscar ingresos extra no siempre es una decisión fácil, sobre todo si ya tienes mucho encima. Pero si encuentras algo que te gusta, que encaja con tu vida y que te permite crecer, puede convertirse en algo muy positivo.

Hay muchas formas de empezar: con tus manos, con tu tiempo, con tus conocimientos o con tu energía. Y si necesitas un espacio para enseñar, reunirte o montar algo más formal, existen sitios que alquilan salas u oficinas adaptadas a eso, sin necesidad de comprometerte a largo plazo.

Lo importante es que lo que hagas tenga sentido para ti, que te motive, y que te dé esa satisfacción de saber que estás creando algo por tu cuenta. Aunque sea poco, aunque sea solo una ayuda al mes. Lo estás haciendo tú. Y eso ya tiene mucho valor.

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