Hay que tener un buen paladar para saber captar cada esencia en un buen vino y la realidad es que la mayoría de nosotros, como mucho, podemos distinguir un vino de brik para cocinar de uno de mesa, pero hasta ahí. De hecho, según las últimas estadísticas publicadas en webs del sector vinícola, el 80% de los españoles no sabrían apreciar el sabor de un vino de más de 100 euros comparado con uno de 15, y ¿sabéis qué? Yo me lo creo.
Es como cuando vas a Mercadona o cualquier otro hipermercado y compras una lata de mejillones de marca blanca. Puede que la primera vez te parezca un sabor algo extraño, o diferente, pero como te acostumbres, el sabor que te resultará raro será el de los mejillones de marca. Los españoles nos acostumbramos, o acostumbramos nuestros paladares, a los sabores que nos resultan cotidianos y cuando probamos algo distinto, aunque supuestamente sea mejor, es muy posible que no nos guste.
Con el vino pasa lo mismo. Puede que el Vino AurumRed de las Pedroñeras sea uno de los mejores del mundo, pero yo tengo el paladar hecho al Marina Alta de Bocopa y aunque no me guste el vino de cocinas de Don Simón para beber en mesa, prefiero el Marina Alta antes que ese vino de 17.000 euros. Que, por cierto… no os lo había dicho ¿verdad? El AurumRed tiene un precio que oscila entre los 17.000 y los 25.000 euros, nada más y nada menos. Apto para todos los bolsillos.
Los vinos más caros
Este tipo de vinos de alto standing provienen de bodegas con muy poca producción de alta calidad. Es como cuando Porsche saca un coche de edición limitada, si ya de por sí la marca es cara, imaginad cuando hablamos de algo exclusivo.
Como hemos dicho, el vino más caro de España oscila entre los 17.000 y los 25000 euros y proviene de Las Pedroñeras (Cuenca). Ahora bien, como intentes comprar un AurumRed de edición especial, el precio asciende a los 340.000 euros. Baratito… ¿verdad?
Según la bodega, los matices del tempranillo de Las Pedroñeras cambian dependiendo de la dirección que tome el giro del vaso antes de beber. Esa frase, dicha así, me deja pensando en dos posibilidades: A) hablan chino y no me había enterado, B) soy tonta. Supuestamente, si volcamos el vino en el sentido de las agujas de reloj obtendremos aromas a pan de higos, brevas y especias, en la boca tendrá un sabor más maduro. Sin embargo, si vertemos el líquido en el sentido opuesto obtendremos aromas a frutas, cacao, casis y un sabor mucho más fino y elegante.
Sinceramente, a mí me parece que quien hizo esa afirmación era un gran publicista que se había fumado algo.
Otro vino de especial mención por su caro coste es el Vitral de Otazu, cuyo precio medio es de 1450 euros. Se elabora con uvas de Cabernet Sauvignon y Merlot de dos parcelas con denominación de origen de Pago Otazu. Tiene una crianza de 17 meses en barricas nuevas de roble francés y si quieres comprar la caja de tres botellas que forma parte del juego que el artista Carlos Cruz-Diez ha creado para este vino tendrás que pagar 5450 euros.
Teso La Monja, con un precio de 1272 euros, ocupa el tercer puesto de la lista. Hablamos de un vino de escasa producción (unas 900 botellas) de la añada 2008 de vendimia manual, con trabajo artesano tanto en viñedo como en bodega, y cuenta con un llamativo embotellado en edición numerada que ha contado con un equipo de diseñadores estadounidenses.
El vino La Faraona es el cuarto vino más caro de España, con un precio de 933 euros por botella. La bodega que produce este vino solo comercializa un barril al año y de ahí que sea tan caro beberlo. Las uvas que contiene provienen del Bierzo, de 0,55 hectáreas de viñedo. Y en 2014 recibió 100 puntos de Wine Advocate, el primer vino con denominación de origen del Bierzo en alcanzar esta clasificación otorgada por la publicación del gurú del vino Robert Parker.
Y por último, cerrando la lista de los cinco vinos más caros de España, encontramos el Pingus, con un precio de 800 euros la botella. ¿Y tú, cuánto estarías dispuesto/a a pagar?